Agrobío ha diseñado un protocolo para consolidar el control biológico en este cultivo y que incluye dos formulaciones para alimentar al A. swirskii y al T. montdorensis, Powermite y Powerfood, respectivamente.
Agrobío sigue avanzando para consolidar el control biológico en pepino y lo hace gracias a la alimentación con presa directamente en planta, una técnica desarrollada por la empresa que, tras cuatro años de experiencia en fincas, ha demostrado que “es posible el control eficaz de trips” en este cultivo.
Las mayores comercializadoras de esta hortaliza en Almería y Granada ya han apostado en esta campaña por esta fórmula para garantizar las poblaciones del depredador y, con ellas, el control de trips.
Agrobío no cesa en su empeño de ofrecer soluciones de control biológico a la agricultura y prueba de ello es su apuesta decidida por la alimentación del Amblyseius swirskii con ácaros presa directamente en la planta de pepino para, así, lograr un control más eficaz de trips en este cultivo. Hasta la fecha, el pepino ha sido, si cabe, uno de los cultivos que más problemas ha presentado a la hora de lograr una correcta implantación del control biológico sobre sus principales plagas; sin embargo, el arduo trabajo de investigación que llevan a cabo desde Agrobío ya ha dado sus primeros frutos. “Nuestra gran novedad en control biológico en pepino es la alimentación del A. swirskii directamente sobre el cultivo”, explica José Maldonado, director comercial de Agrobío.
Entrevista a Ana B. Arévalo, Técnico de Desarrollo de Agrobío. José Esteban Ruiz. Ana Belén Arévalo lleva trabajando en Agrobío desde hace una década. Reconoce que le apasiona su trabajo, y destaca del mismo las posibilidades que le ofrece para estar en contacto con el campo, y establecer ese nexo de unión entre demandas e investigaciones. Hace un año se incorporó al departamento de Desarrollo de Agrobío, un área en la que se intensifica la labor de transferencia al campo del conocimiento que se adquiere a través de la investigación. No obstante, desde Desarrollo hacen una labor inversa ya que recogen todas las demandas de los productores para que se lleven a cabo las investigaciones pertinentes y se obtengan las soluciones que precisan los agricultores.
La implantación del control biológico en la horticultura almeriense como método para luchar contra las plagas mantiene una evolución constante, a pesar de que, en algunos cultivos las técnicas avalan a la perfección su efectividad, como es en el caso del tomate o el pimiento, donde ya se utilizan masivamente. No en vano, en el 70% de los cultivos bajo abrigo se tiene en cuenta el trabajo que realizan los enemigos naturales para acabar con los bichos nocivos.
Reflexión. Ana B. Arévalo, Técnico de Desarrollo de Agrobío.
El control biológico en los cultivos hortícolas en los invernaderos de Almería y de la costa de Granada es una realidad desde hace años.
Sin embargo, mientras que prácticamente toda la superficie de pimiento se diseña con una estrategia de producción integrada basada en el control biológico de plagas (todos coincidimos en que Orius laevigatus es la mejor arma contra trips) en otros cultivos como las cucurbitáceas se sigue basando en el uso de productos fitosanitarios que cumplan con los requisitos de las cadenas de supermercados en cuanto a número de materias activas y LMR ́s, pero no necesariamente en el uso de los enemigos naturales. La dificultad del cultivo de pepino en control biológico radica en que sus flores carecen de polen, por lo que Orius no se instala con tanta facilidad, y lo mismo le ocurre a A. swirskii, que son los dos auxiliares que controlan el trips en los cultivos de pimiento.