La empresa almeriense de control biológico desarrolla nuevas ideas para mejorar sus productos.
Agrobío, la reconocida empresa almeriense con amplia experiencia en el control biológico de las plagas en los cultivos de invernadero, es consciente de las necesidades del sector agrícola. La demanda de productos hortofrutícolas sin residuos se ha convertido en un acicate para la búsqueda de soluciones biológicas, adaptadas a los cultivos y las infraestructuras.
Agrobío ha sido pionera en establecer la estrategia de alimentación con ácaros presa sobre las plantas, consiguiendo establecer altas poblaciones de esto depredadores beneficiosos en cultivos sin polen.
El control de la polilla del tomate, la tristemente célebre Tuta absoluta, está resultando cada vez más difícil para los agricultores. La responsable de Desarrollo en Campo de Agrobío, Ana Belén Arévalo, explicaba en SER Agricultor (Cadena SER Provincia de Almería) que “la pérdida de eficacia de los productos registrados, provocada por el uso de las mismas materias activas para el control de las larvas, ha desembocado en una situación crítica en el control de esta plaga”.
Desde su punto de vista, integrar todas las herramientas disponibles para el control de esta devastadora plaga es fundamental. Arévalo sostiene que “la producción integrada y el control biológico, como herramienta principal contra las plagas, es la solución si queremos enfrentarnos a los daños causados por la Tuta. En este sentido, la especialista de Agrobío recuerda que el objetivo es que los agricultores sigan cultivando tomate, no sólo en Almería sino en toda Europa, ya que el problema de Tuta se extiende a muchos países.
Agrobío trabaja constantemente para mejorar las herramientas de las dispone el productor hortofrutícola en materia de control biológico y biopolinización.
Desde sus inicios, la empresa almeriense apostó por la producción de colmenas de abejorros para la biopolinización de cultivos que aún no tenían una solución eficaz. Este himenoptero conquistó la producción y polinización en tomate en invernadero y es determinante en la polinización natural de cultivos bajo plástico y al aire libre, también en frutales mejorando especialmente las producciones de las variedades tempranas, haciendo frente a la problemática de las abejas, debido a la disminución de sus poblaciones y a la salida del invierno.